3. EL DESCUBRIMIENTO DE LA POTASA
El descubrimiento de la potasa en Súria a finales de 1912 supuso toda una revolución, se trataba del tercer lugar en el mundo donde se descubría este preciado mineral, después de Prusia y Alsacia. También era el primer lugar fuera de Alemania donde se localizaba potasa mineral, lo que permitía romper el monopolio que hasta entonces existía.
LA TRANSFORMACIÓN DE SÚRIA
Este hallazgo y su posterior explotación a nivel industrial, transformaría de arriba abajo la villa de Súria y su entorno. Desde entonces, la evolución humana, social, económica, paisajística y urbanística de la zona irá ligada inseparablemente a la industria minera de las sales potásicas.
LA POTASA MINERAL
La potasa mineral o las sales potásicas, son un compuesto químico formado por cloruro de potasio (KCl), que se puede encontrar en algunas pocas cuencas geológicas. Las sales potásicas tienen un aspecto de sal, con una estructura cristalina y coloración que va del blanco hasta el rosado.
En la naturaleza, la potasa mineral no aparece de forma pura sino que está presente en distintos porcentajes o leyes dentro de algunos minerales como la carnalita, que contiene cloruro de potasa y cloruro de magnesio, o en la silvina. Una vez extraído el mineral del subsuelo deberá transformarse mediante un proceso que permitirá separar las sales potásicas que contiene del resto del mineral.
LOS USOS DE LA POTASA
En todo el mundo la potasa es un mineral muy apreciado, principalmente en la producción de fertilizantes para la agricultura. Las sales potásicas se caracterizan por favorecer el crecimiento de las plantas de cultivo, les proporciona resistencia ante las plagas y mejora la calidad de sus frutos.
La potasa también se utiliza en varios procesos de la industria química y farmacéutica, y es un componente necesario en la producción de pólvora. Aún hoy, este mineral se considera un producto estratégico por parte de muchos estados.
LA SOCIEDAD MACARY Y VIADER
Alrededor de 1909 llegaba a Súria René Macary Gay de Florence, un joven proveniente de la zona de Burdeos, buscando minas de sal para exportar este producto a Argelia. En 1911, Macary registraría la mina Roumanie y compraría una pequeña porción de tierras a Mauricio Balaguer, para abrir un pozo. Este pozo situado en el lugar del Salí, muy cerca de la antigua mina de sal de Súria del siglo XII, debía permitir la extracción de la sal destinada a la exportación.
En breve Macary se asociaría con el ingeniero industrial Emili Viader Solé, y constituirían la sociedad Macary y Viader, en 1911. Viader, era un barcelonés que ocupaba el cargo de director de las minas de sal de Cardona. En el acto de constitución de la nueva sociedad, los dos socios declaraban disponer de la mina Roumanie, Nueva Rumanía y Saladita en Súria, así como la Nueva Cardona, que en los meses siguientes ampliarían con la adquisición de nuevas concesiones mineras.
EL POZO DEL SALÍ
En 1912, Macary y Viader, con la ayuda del contratista de obras de Callús, Francesc Triola, iniciaron la explotación de la mina Rumanía. El objetivo de la apertura de esta mina era la búsqueda de sal para exportar a Argelia, y con ese objetivo abrieron un pozo de 68 metros de profundidad. Este pozo, situado muy cerca del río Cardener, quedaría inundado tiempo después, y debería abandonarse.
A finales de ese mismo año, la sociedad formada por René Macary y Emili Viader, no sólo encontraba sal en este lugar, sino que también encontraba evidencias de la presencia de sales potásicas. La noticia de este descubrimiento se esparciría rápidamente, generando una auténtica fiebre en busca de potasa en toda la cuenca del Ebro.