4. EL BOOM DE LA MINERÍA EN EL SIGLO XX
La potasa y su posterior explotación industrial transformarían de arriba abajo la villa de Súria y su entorno.
Con la constitución, en 1920, de Minas de Potasa de Súria (MPS) se inició la extracción, fabricación y distribución masiva de la potasa del Bages en todo el mundo.
Al mismo tiempo, Súria experimentó la revolución más importante de su historia.
LA BORDELAISE
Las analíticas para certificar que el mineral extraído en el Pou del Salí contenía sales potásicas se realizaron en laboratorios de Burdeos y Barcelona al mismo tiempo. Una vez certificada la presencia de potasa en Súria, la empresa Compagnie Bordelaise des Produits Chimiques se hizo rápidamente con las opciones de compra de las posesiones mineras de Macary y Viader.
Pero para explotar unas minas de potasa a nivel industrial era necesario disponer de gran capital. Había que poder afrontar una gran inversión económica, para construir las infraestructuras necesarias para una mina de este mineral. Macary y Viader sabían que ellos no tenían la capacidad para explotar las minas de potasa, pero sí que podrían venderlas a una gran empresa a muy buen precio. Sin embargo, la Bordelaise tampoco resultó una sociedad con suficiente capacidad financiera para afrontar este reto, y en poco tiempo acabaría asociándose con la empresa belga Solvay para hacer posible la explotación de las minas de potasa de Súria.
LA SOLVAY
La empresa química Solvay, una de las mayores del sector a nivel mundial, disponía de suficiente capacidad para invertir en el proyecto de Súria. Tras comprobar la calidad y cantidad del mineral, en 1914, llegarían a un acuerdo con la Bordelaise, que controlaba las antiguas concesiones de Macary y Viader.
En 1918, bajo la dirección del ingeniero Louis Dupont, Solvay iniciaría la construcción de las principales infraestructuras para poner en funcionamiento la mina de Súria. Se abrió el pozo I, se construyó el castillete, se explanaron las tierras para la construcción de las instalaciones industriales, se empezó la construcción de una colonia para los trabajadores, y se inició la construcción de una línea de ferrocarril para transportar la potasa.
Su sucesor en la dirección de la mina, Víctor M. Van Styvoort, pondría en marcha el proceso completo de explotación, fabricación y comercialización del mineral.
MINAS DE POTASA DE SURIA S.A.
Mientras las principales instalaciones del complejo minero estaban en construcción, en 1920 se constituía legalmente la compañía Minas de Potasa de Súria S.A., que de entonces en adelante, sería la empresa que explotaría en exclusiva los yacimientos surienses de potasa.
La nueva sociedad contaría con un capital social de 6 millones de pesetas, repartido en 12.000 acciones. Solvay sería el accionista principal y en el momento de su constitución aportaría las infraestructuras construidas y en construcción. La Compagnie Bordelaise des Produits Chimiques sería su accionista minoritario con 2.211 acciones correspondientes al valor de las concesiones mineras aportadas. Un año más tarde de su constitución, Solvay adquiría la totalidad de las acciones, y en 1922, ampliaría el capital social de la empresa hasta un total de 60.000 acciones con un valor de 30 millones de pesetas.
LA RENTABILIDAD INDUSTRIAL
Los primeros años de vida de la nueva empresa fueron difíciles para el accionista principal, ya que la mina sólo generaba gastos y su rentabilidad económica parecía no llegar nunca. Hasta 1925 no se empezaría a comercializar parte de la producción, habían hecho falta 8 años de trabajos con grandes inversiones, para que la mina empezara a producir potasa y a generar ingresos.
Durante muchos años los gastos que tenía la empresa seguirían superando los ingresos que generaba la extracción y comercialización de la potasa. Se calcula que hasta 1946 el saldo de explotación no fue positivo y no se empezó a generar beneficios para los accionistas de la sociedad minera.